<br>

Bienvenidos a mi Blog:

Aquí encontrarás notas curiosas, anécdotas, información en general sobre historia, religión, ciencia y tecnología, nutricion, salud, gastronomía, así como esoterismo, astrología, tarot e insólitos... diariamente iremos publicando cosas interesantes... checa las etiquetas.

No dejes de visitar y comentar sobre mi blog...

Espero sea de tu interés.

Un abrazo!

viernes, 12 de noviembre de 2010

Competencia femenina: ¿Boicot de género?

¿Machismo femenino?

A diario, de maneras más o menos evidentes, nos enfrentamos al lastre cultural del sexismo, un fenómeno perpetuado tanto por hombres como por mujeres. Cuando percibo que una chica está teniendo actitudes agresivas o destructivas hacia otra mujer sin un motivo aparente suelo pensar para mí misma esta frase: "Qué triste, esa chica trae un macho adentro". Y ya en confianza, si alguien pregunta por qué una chica está tirando mala onda a otra, no dudo en responder que se trata de un caso más de machismo femenino o, simplemente, machismo social. El término es lo de menos: lo que importa es identificar de dónde viene, cuánto daño nos hace y cómo podemos remediarlo.

¿Qué es?

La serie de actos, críticas o etiquetas machistas y sexistas que se realizan entre el mismo grupo de mujeres es uno de los factores que nos mantiene divididas como género. Desde temprana edad, quizás desde los cuatro o cinco años, puede percibirse esta negatividad en las dinámicas de juego: las niñas hacen chismes, cuchichean comentarios despectivos y se comportan de manera excluyente; ya más grandes, surgen envidias, celos, actitudes que muestran un afán por agradar al macho alfa para no parecer una "nena tonta". Conforme vamos creciendo, esta dinámica se convierte en una verdadera batalla al interior de nuestro género.

Recientemente, fue publicado un libro en Canadá y Estados Unidos titulado "The Twisted Sisterhood", donde la autora, Kelly Valen analiza las entrevistas que realizó a más de 3000 mujeres. Un dato interesante es que el 90% de ellas reportó haber sufrido una herida emocional o una traición de parte de una mujer cuya amistad valoraba mucho, y otro dato es que el 88% piensa que el género femenino está plagado de agresividad y negatividad.

¿Competimos por los pocos lugares que el sistema masculino de trabajo nos ha dejado para actuar? ¿Descalificamos a la otra para colocarnos en una posición superior y parecer más atractivas? ¿Odiamos a una mujer más preparada, más atractiva o más loquesea porque su sola presencia nos hace sentir "que no estamos a la altura"? ¿De dónde vienen todas estas ideas?

El origen
Hay muchas teorías sobre el origen de las tendencias destructivas ente las mujeres, ideas que apuntan a una cuestión evolutiva, psicológica, cultural o patriarcal. Casi todas coinciden en que la competencia malsana y la negatividad tienen origen en un sentimiento de inseguridad, así como en una suerte de superioridad (física, intellectual, laboral, social, de pareja) que se percibe en otras mujeres y que suele hacerlas sentir amenazadas, fallidas o que no están "a la altura". Dichas percepciones -que pueden derivar en envidias, traiciones y boicot- son formas de pensar inculcadas en el seno familiar y reforzadas por un sistema de valores, léase la publicidad, la ideología de perdedores-ganadores, los parámetros de felicidad y éxito, etc.

Buena parte del comportamiento negativo entre mujeres se replica de manera inconciente cuando las chicas escuchan los juicios de sus padres. O cuando todo el mundo coincide en llamar "ramera" o "buscona" a una chica que trae minifalda o que va escotada por la calle. Y cuando se llega a la universidad o a la vida laboral, una puede hallarse todo tipo de especulaciones tóxicas al respecto de la moralidad o la inmoralidad de una mujer que ha logrado un puesto alto.

Si miramos de cerca este fenómeno malsano, veremos que su origen está en la repetición irreflexiva de patrones de comportamiento, en el ocio, el aburrimiento, la envidia, el deporte o la costumbre.

Al respecto, Kelly Valen destaca el papel que juegan las madres solidarias e involucradas en la crianza de sus hijas, madres que encuentren la manera de darles amor, seguridad y confianza en sí mismas, de manera que puedan combatir las comparaciones y las envidias a las que se enfrentan desde pequeñas: "Las niñas seguras no sólo son menos agresivas con otras chicas, también saben identificar y rechazar las actitudes destructivas y tienen elementos para defenderse de la mezquindad de otras chicas", concluye Valen.

La alternativa
Quizás estamos tan ocupadas en "competir" y en ver quién "sí está a la altura", que no nos hemos percatado del potencial que existe en la construcción de una red de relaciones femeninas basada en la solidaridad. Es triste que no podamos percatarnos de la diferencia que se logra cuando bajamos la guardia, nos quitamos las telarañas sexistas de la cabeza y cambiamos una actitud nefasta por un gesto genuino de cariño y hermandad femenina (también llamada sororidad).

Más que en otros momentos de la historia, ahora las mujeres tenemos oportunidades que antes eran impensables, nuevos derroteros que, nos guste o no, conviven con viejas ideologías cuya única función era mantener a la mujer en una supuesta inferioridad espiritual, física y psicológica. Hoy es necesario ser más incluyentes y trabajar entre nosotras para fortalecernos; esto puede hacer que comencemos a darnos cuenta del poder que tenemos y trabajar como equipo en el pedazo de mundo que nos tocó vivir. Como en otros casos de la vida: el hecho de exigir equidad allá afuera nos compromete a construirla al interior de nuestro género.

Por: Luza Alvarado
Yahoo México

No hay comentarios :

 
Subir