
¿Alguna vez ha pensado en tomarse un tiempo de descanso, hacer un paréntesis en su actividad y probar cosas nuevas? ¿Se ha planteado un año sabático? No está mal la idea. Aquí le damos algunas recomendaciones…
Parece un sueño inalcanzable pero no está tan lejos de la realidad, aunque en estos tiempos sea un privilegio al alcance de muy pocos. Pero no se trata de dar una vuelta al mundo, pasarse días frente al mar o navegar sin rumbo sino de emplear bien ese tiempo y reforzar la formación de cada uno.
Quizá le sugiera hacer las maletas participar en un programa de conservación de tortugas marinas en Costa Rica; cuidar de niños en granjas de Irlanda o conocer la vida de los rancheros australianos.
Tampoco estaría mal colaborar en plantaciones agrícolas en Noruega mientras estudia inglés; vendimiar en Estados Unidos o participar en un curso culinario en la India.
Si sus inquietudes pasan por ayudar a los demás puede formar parte de programas de voluntariado para construir escuelas en Zambia, ayudar a niños abandonados en un valle tropical a 2.500 metros de altura en Perú o en programas de educativos en zonas indígenas de Ecuador.
Propuestas que parten de la experiencia de Meritxell Morera, fundadora de Sabática.com, empresa que desde hace cinco años organiza y gestiona el tiempo sabático de personas entre 18 y 70 años y que actualmente cuenta con más de 120 programas para hacer un paréntesis. “Todos podemos tomarnos un tiempo sabático”, explica.
“El concepto de año sabático parece que sólo es para famosos y gente de dinero, pero es falso y desde aquí demostramos que está al alcance de todo el mundo”, señala Morera que ha seguido el fenómeno “gapper” que surgió en Gran Bretaña en la década de los ochenta y que está muy extendido en el mundo anglosajón, principalmente entre los jóvenes de 18 a 25 años que optan por un año sabático o “gap year” antes o después de comenzar sus estudios universitarios.
“Intentamos ofrecer programas remunerados para aquellas personas que estén desempleados y busquen un tiempo sabático permitiéndoles costearse la estancia”.
Programas que van desde aprender idiomas, trabajar en otro país, hacer prácticas y adquirir experiencias en otros campos a los que se ha estudiado, hacer voluntariado y adentrarse en otras culturas, integrarse en otros países, descubrir como viven en otros sitios… .
“Experiencias que te hace valorar lo que tienes, te abre la mente, ayuda a comprender culturas, a ser más tolerante y sobre todo a prestar atención a lo que ocurre a tu alrededor”, añade Morera.
JUAN A. MEDINA.
EFE REPORTAJES.
Todos podemos tomarnos un tiempo sabático, aunque la idea es emplear bien ese tiempo y reforzar la formación de cada uno.
Participar en un programa de voluntariado con niños en África se está convirtiendo en una posibilidad para muchas personas que quieren hacer un paréntesis en sus vidas.
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