Algunos sostienen que existen ciertas atenuantes que pueden restarle culpa a un engañoHoy cumplo dos meses de vida en mi nuevo empleo.
Si bien apenas entré creí que jamás pronunciaría estas palabras, debo reconocer que hace un par de días que ya me siento cómoda y casi contenta.
Reconozco que el costo del derecho de piso fue muy elevado y que más de una vez pensé en abandonar este barco, pero hoy siento un orgullo muy grande de mí misma por haber logrado superar los diferentes obstáculos que se me fueron presentando.
Sobreviví semanas de almuerzos solitarios hasta que pude insertarme en un grupo integrado por varios compañeros de diferentes áreas de la compañía. Somos hombres y mujeres de distintas edades que charlamos diversos temas y logramos la difícil tarea de abstraernos de las rutinas diarias y utilizar la hora del almuerzo para compartir anécdotas y experiencias.
Resulta extraño como una se encuentra frente a personas que apenas conoce compartiendo sus pensamientos y conflictos más privados y jamás revelados.
En este contexto Amanda trajo a la mesa un horrible episodio que le sucedió del último fin de semana.
El sábado a la noche mientras intentaba conciliar el sueño, el teléfono de su casa sonó y una voz del otro lado le dijo que su marido la engañaba hace meses.
Lo más sorprendente de esta historia fue que Amanda cortó el teléfono y ante la pregunta insistente de su esposo de saber quién era al teléfono, ella contestó que era una persona que se había equivocado.
¿Cómo pudiste disimular y lograr dormirte?
¿Cómo se puede mirar a la cara a tu pareja y no preguntarle si aquel llamado tenía algo de cierto?
Amanda comentó que quiso mantenerse en frío y no informarle nada a su marido para investigar y averiguar “el tipo de infidelidad” que había ejercido su pareja desde hace 12 años y padre de sus 3 hijos.
De qué “tipo de infidelidad” estás hablando, dije yo que soy una de las menores del grupo.
Las infidelidades son lo que su palabra indica y desde ya destruyen por completo una pareja.
No siempre, me contestó Carlos (44 años, padre de mellizas de once y divorciado), a los veinte años cuando lo único que existe es una relación carnal y apasionada, puede ser. A los cuarenta y pico, cuando hay hijos, gastos y rutinas, las cosas se evalúan de forma diferente.
Lo interesante fue ver cómo los distintos integrantes del grupo fueron analizando el tema.
La protagonista reconocía estar dolida, triste, enojada y desilusionada.
Varios le dijeron que eso se le pasaría y que, cuando eso sucediese, evaluase si se trató de una infidelidad emocional, una física o una mixta.
Si fue con alguien del entorno del trabajo o alguien que conoció hace poco y por casualidad.
A lo que yo pregunté, ¿en qué se diferencia?
Principalmente en que si uno trabaja y se enamora de alguien muchas veces la tiene que ver aunque intente evitarlo. Diferente que uno deba asistir por ejemplo a la farmacia, buscando una excusa, para ver a esa cajera nueva que nos mira con ojos de enamorada.
En el caso que descubras que la infidelidad fue netamente física y sólo una vez, habría que considerar cosas tales como si la persona estaba sobria o borracha, en un lugar al que asiste de manera frecuente o no, etc, etc, etc…
Pedro, contó su experiencia donde confesó que debió serle infiel a su novia para darse cuenta de lo mucho que la quería.
Adriana, confesó haber salido con dos hombres a la vez durante un par de años hasta descubrir cuál era el que realmente quería.
Pablo no cree que sea saludable vivir una vida monogámica. Sexo y amor son dos cosas diferentes que pueden o no ir de la mano.
Me siento tan naif en pensar como pienso pero, ¿una pareja, puede sobrevivir a una infidelidad y un engaño? Existe diferencia entre la infidelidad dolosa y aquella culposa.
Por Violeta Santamarina
Yahoo México
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